El primer No-libro
1. Diversiones.

Lía se extendió sobre la superficie del agua. Por fin, el tan esperado silencio... No hay nadie cerca, solo yo y el agua, pensó. No acostumbrada a no pensar en nada, la niña comenzó a contar mentalmente. Ese idioma misterioso la divertía, y la diversión en el silencio era doblemente extraña.


I

Trí
Ladí
Péthí
Oshestí
Séizhetí
Uturzhalí
Enedévetí
Dekateritsí
Enedévetí
Uturzhalí
Séizhetí
Oshestí
Pétkhí
Ladí
Trí

I...


También le divertían los animales, especialmente aquellos que conviven bien con el ser humano.
Uno de sus poemas favoritos era sobre un gato y un perro.
Leer poemas le ayudaba a distraerse del mundo que la rodeaba, y Lía lo usaba a menudo.


El perro cartero y la gata azafata.
Han amado uno al otro.
El perro ha escrito una serenada.
La gata ha escrito la música, muy interesante,
sin instrumentos musicales, —
con frijoles secos y guisante.

Palabras de ambos suenan raro, en manera diferente,
pero muy bien se entienden entre ellos,
y nada se entiende por gente.


¡La mayoría de los animales están libres de tantos prejuicios!
Los humanos tienen mucho que aprender de ellos.
Por ejemplo, los animales no sienten envidia, suelen tener una autoestima normal y adecuada; además, no se quejan por tonterías como algunos humanos.


Пëс-почтальон и стюардесса-кошка
Полюбили друг друга.
Он написал серенаду
Она же — необычную музыку...

Pesí carterí und kití azafatí.
Ist amará ié an kíé.
Pesí ser idén escreverá serenadí.
Kití ser idén escreverá raré musí.
 





2. Sueño ligero.

Con grandes pasos silenciosos, caminaba el sueño. Soñaba con una enorme almohada. En lugar de una cama. De fondo sonaba una canción. Parecía que alguien había puesto una canción de cuna.

La canción hablaba de cómo una elefanta juega en las nubes con un delfín. Lo lanza al aire, lo atrapa, y lo lanza de nuevo.



3. Rimas de contar.

Los compañeros de clase a menudo le pedían a Lía que dibujara para ellos algunos personajes, y ella lo hacía encantada. A cambio, los alumnos la ayudaban con las tareas cuando era necesario. La niña tenía un pequeño sueño: reunir a todos esos personajes dibujados en un solo libro. Solo faltaba aprender a escribir bien.

El tiempo bien aprovechado en la escuela mejora notablemente las habilidades de escritura. Esa era la idea.

Los personajes dibujados se conservaban en la colección privada de Lía como copias, gracias a la cámara y al escáner.

Mientras el libro esperaba su propio nacimiento, la niña se había trasladado al suelo y observaba a un grupo de niños que pasaban, camino al internado. Los niños gritaban fuerte, todos juntos, una rima de contar.
Lía no solo escuchaba atentamente el texto, sino que también lo traducía mentalmente al ilí.

Мы решили высадить сад,

Egisí idén decidirá plantár norní,

Но погода шла невпопад.

Bet perí idén irá faultyé.

Срочно нужен был дождь.

Urgentuó estará anabí necesaryé.

Вспомнился вождь.

Recordará boí.

Он отказался рисковать.

Ití idé desistirá ariscár.

Пришлось нам мишек вызывать.

Idén ligará kambunisí.

Один мишка попрыгал на туче.

Ié kambuni ser saltará aúf parní.

Стало лучше.

Und será beteruó.

Два мишки попрыгали на туче.

Kié kambunisí ser saltará aúf parní.

Стало лучше...

Será beteruó.

Три мишки попрыгали на туче.

Trié kambunisí ser saltará aúf parní.

Стало лучше...

Und será beteruó.

Четыре мишки попрыгали на туче.

Ladié kambunisí ser saltará aúf parní.

Стало лучше...

Será beteruó.

В итоге быстро вырос сад.

In finí rapiduó crescerá norní.

Каждый из нас саду рад.

Everyé egisié alegrará der ití. 


¡Ah, esos transeúntes...!
Con tantos jardineros, un jardín simplemente no puede volverse descuidado.
Y si por casualidad eso sucede, la naturaleza tomará el control y el jardín se convertirá en un bosque.
Un bosque de verdad. ¡Con animales!
Porque un bosque sin animales es un arboredo...
Casi no hay poemas sobre arboredos, pero sí sobre bosques.
Recuerdo:


La zorra en el bosque pasaba las páginas,
Entre las páginas encontró a un conejito,
El conejito de la página saltó,
Y en el bosque, el conejito se quedó.



Y las matemáticas... ¡Qué extrañas!
Cuando hago ensalada... ¿Dos son dos pepinos o un tomate y un pepino?
¿Tres hojas de lechuga o tres ramitas de eneldo?
¿Cuatro cucharadas de aceite de oliva, pequeñas o grandes?
Parece todo tan simple. Al principio.
Pero cuando empiezas a pensar, es mejor escribirlo. Para ti y para los demás.
Le conté a uno sobre la ensalada de pepinos y tomates, y él... me pidió la receta.
Pensé que todos la comían, esa ensalada, y todos sabían hacerla...
Y no solo con la ensalada. La rutina de un topo es desorden y caos para un lobo.



4. Despertamiento.

Es necesario... Simplemente necesario asegurarse de que ya no estoy soñando. ¿Cómo hacerlo? ¿Cómo demostrarme a mí misma que estoy despierta?
¡Escribir!

La niña sacó de su bolsillo un neceser impermeable. Dentro había: un bolígrafo, un lápiz y una libreta. Una de las actividades favoritas de Lía era usar las cosas fuera de su propósito original, así que todo estaba en su lugar. Todo, excepto el poema. Otra vez tenía que gastar tiempo en escribirlo.

Esta extrañeza una vez más... Pienso mucho más rápido de lo que escribo... Me veo obligada, por alguna razón, a duplicar cosas.
Y además... Se está acabando el espacio para escribir en la libreta. Habrá que ingeniárselas...

El poema fue escrito en la última página libre, y para ello tuvo que voltear la libreta, cambiando la orientación horizontal por la vertical. Funcionó. Todas las palabras cupieron. Solo que tuvo que cubrir parcialmente un texto previamente escrito por alguien. El texto decía:

“Hazte una nueva pregunta cada día. No te enfades con la sombra por no tener respuesta. La sombra puede ser una pista de la luz.”

Parece claro. Si no encuentras una respuesta de inmediato, puedes mirar algo opuesto y sacar tus propias conclusiones.
Ahora repasaré de nuevo la libreta, releeré todas las frases y veré qué tan rápido me las arreglé con todo. Bueno... no con todo exactamente...

Si a la niña no le gustaba algo que había escrito en la libreta, dibujaba un signo de menos junto a la frase con lápiz, y cuando aprendía la lección — un signo de más. A veces cambiaba de opinión y convertía el menos en un más, simplemente añadiendo una línea vertical.
Si aún no había una decisión tomada sobre algún posible asunto, quedaba un poco más de espacio en esa página que en aquellas marcadas con signos. Y en esa misma página colocaba un marcador.
La última página recibió su símbolo de “más”, y fue allí donde Lía decidió que en su nueva libreta —que haría ella misma— empezaría a escribir sus preguntas.

Así que, al llegar a casa, la chica hizo una nueva libreta (y también preparó materiales para la siguiente). Esta libreta era más grande que la anterior, y tenía bolsillos. Ahora, si se acababa, no habría prisa: podría simplemente guardar notas en el bolsillo y copiarlas más tarde si hacía falta.



5. Conciencia.

El sueño nocturno fue lúcido, es decir, los acontecimientos dentro del sueño se controlaban con bastante facilidad.
Lía estaba escribiendo un libro. Los textos se editaban con comodidad y casi no tomaba tiempo. Detrás de cada palabra se podía ocultar información adicional, incluso imágenes. Dormir resultaba hasta interesante. El libro estaba pensado para ser diferente para cada persona, lo cual le daba un encanto misterioso.

En el sueño, Él se acercó a Lía en persona. Eso le pareció a la chica algo no lúcido, ya que ni siquiera se imaginaba que algo así pudiera suceder.

Y fue Él quien le propuso a Lía resolver acertijos. Antes, ella habría aceptado con gusto, ya que le encantaba encontrar respuestas. Pero esta vez — se negó — tenía cosas más importantes planeadas.

En sus planes: visitar a los animales conocidos de los poemas y libros favoritos, y hacerles un par de encuestas. Incluso en los sueños, el tiempo estaba limitado por unos marcos invisibles, pero aún así presentes.

¿Cómo sabía ella que era Él? Parece que así se presentó:
"—Yo soy Él mismo."

Él mismo empezó a alejarse lentamente, murmurando algo con descontento, y Lía se dedicó a lo que había planeado.
Al pensar cerca de qué hogar aparecer, llegaba justo allí, y luego les preguntaba a los animales cómo recordaban el comienzo de su existencia, y también sobre sus aficiones.
La pregunta sobre el origen parecía la más importante para comprender el Todo, y la de los pasatiempos — para ajustar los planes futuros, ya que durante las vacaciones se liberaban muchos segundos, minutos, horas, días, semanas, ¡e incluso meses! Había que ocuparlos con algo provechoso.

Además, los planes del cuaderno se habían cumplido, y ahora tendría que inventarse nuevas tareas. ¡Y qué bien podían combinarse con otras aficiones, tal vez incluso fascinantes!

Entre los pasatiempos mencionados por los personajes estaban: tejer, vitrales, viajes, costura, aprender idiomas extranjeros, y estadística.
La chica decidió que no estaría de más interesarse por la costura: ¡se pueden crear tantas cosas útiles! Así que la decisión sobre un pasatiempo temporal estaba tomada. Para las vacaciones era más que suficiente, sobre todo porque en casa siempre había hilos, agujas y una gran variedad de telas. Podía empezar ese mismo día.

Después de tomar decisiones y sacar las conclusiones necesarias, Lía deseó despertarse.
Al despertar, lo primero que hizo fue terminar su tarea anterior — completó el cuaderno que estaba sobre la mesa.
Después de revisarlo, lo colocó junto a los libros que coleccionaba.

¡Coleccionaba solo buenos libros!
El cuaderno encontró su lugar en el estante junto a la serie de libros de Erwin Moser sobre cómo los animales se ayudaban entre sí. Los tenía en diferentes idiomas, al igual que las anotaciones en su cuaderno.

El espacio libre en la mesa le inspiró una nueva idea: podía coser figuritas de animales y comunicarse a través de ellas, sin necesidad de soñar — es decir, cuando quisiera. Así, el plan avanzaba hacia su realización.
El nuevo cuaderno comenzó a llenarse con unos patrones. Al principio eran planos, pero luego a Lía le pareció insuficiente. Empezó a pensar en volumen — es decir, a imaginar la figura desde diferentes ángulos y a unirlo todo mentalmente.

Los bocetos y anotaciones eran imprescindibles, porque ¡qué fascinante sería observar tus propias creaciones con el paso del tiempo y calcular el progreso!
Parece que, al trabajar en uno mismo, uno se convierte a menudo en otra persona.

¡Es tan curioso! Como si fuera lo mismo, pero no — muchos.
Ahí es donde las matemáticas escolares no coincidían con sus reflexiones personales.
Pero... ya se había tomado una decisión: diversificar su existencia con diferentes actividades, es decir, no obsesionarse con una sola cosa. Así que: basta de reflexionar, es hora de ponerse a coser.

La primera afortunada fue una gata. Ella y Lía compartían su amor por la libertad, y parecía que trabajar en este personaje sería más rápido. Al erizo, por ejemplo, aún le faltaba mucho.

La gata fue dibujada en la tela con rotulador. Luego recortada por un contorno invisible con tijeras, pero en dos capas.
Lía pensó que, por ahora, una sola cara dibujada era suficiente para la figura. En primer lugar, la otra se podía agregar después si era necesario, y en segundo lugar, el lado posterior de las figuras quedaría apoyado contra la pared, así que mejor dejarlas unilaterales y empezar con diseños en volumen.
Esta decisión debía acelerar el proceso.



6. Hallazgo.

¿De dónde vino el cuaderno con las instrucciones preliminares?

Lía descansaba en un campo de trabajo ubicado en un huerto de nueces. Allí se había instalado un gallinero y los niños recogían los huevos como si fueran setas. Con entusiasmo.

Cada noche se encendía una fogata en el campamento, y Lía notó que el fuego siempre se inclinaba hacia un lado, aunque el viento soplaba de manera bastante variada, si observabas cómo lo hacía desde las diferentes direcciones. Se acercó al árbol más cercano hacia donde apuntaba la fogata, miró hacia arriba y vio en la corteza lo que parecía una piedra dibujada.

Lía había notado una piedra similar hacía tiempo. Estaba cerca de la entrada del campamento, pero en el lado accesible para los niños.

El amor por los enigmas cumplió su misión. Al llegar a la entrada, Lía movió la piedra. Debajo de ella encontró una pequeña caja de hojalata. Nunca había visto una similar. En la caja había un candado, que no estaba cerrado y se abrió fácilmente.

Dentro, Lía encontró un cuaderno, así como tarjetas hechas a mano, cada una de las cuales contenía un relato, presumiblemente en el idioma ILÍ. Las tarjetas estaban decoradas con dibujos que eran difíciles de reproducir. Fue entonces cuando Lía se interesó por coleccionar libros de autoestudio, ya que pensaba que cualquiera podría aprender a dibujar si realmente lo deseaba, comenzando por algo más sencillo. A los libros de autoestudio se les dedicó un estante especial en el armario y los dibujos en los libros se firmaban en diferentes idiomas. Así comenzó una colaboración colectiva con artistas.

La primera tarjeta, cuyo significado Lía entendió, decía:

"Ví terá potencialí unlimitedé", lo que significa algo como "Tienes un potencial infinito".

Esta frase animó mucho a la niña y la apoyó a lo largo de su vida.

Después de leer las otras tarjetas, quedó claro que las palabras no se traducen literalmente, es decir, nada se puede traducir palabra por palabra. O, más precisamente, las palabras con significados similares de diferentes idiomas solo parecen similares porque se usan en diferentes contextos. Por ejemplo, la palabra "nieve", utilizada por los esquimales, no se puede comparar al 100% con la palabra "nieve" de los países cálidos. Para algunas personas, "nieve" es algo cotidiano. Para otras, es casi un milagro. Por esta razón, y también porque los esquimales no ven tanta diversidad de cosas, tienen muchas palabras diferentes que significan "nieve".

Para que las frases aparecieran más a menudo, Lía cortó cada tarjeta en cuatro partes, para jugar al "cuarteto". Es un juego para varias personas, aunque a veces Lía tenía que jugar sola. El cuarteto es tan compacto que cabe cómodamente en el bolsillo y se convirtió en una excelente excusa para reflexionar.

A la bolsa de fieltro, uno de los primeros pasatiempos de Lía, le hizo falta un bolsillo. Valió la pena: el cuarteto en ILÍ acompañaba a Lía casi a todas partes y opacaba su juego favorito anterior, el "Monopoly".



7. Simultaneidad.

Por la mañana, en la televisión se emitía la serie animada "El pequeño reino...". Y aunque para Lía el televisor solo servía como fondo para escuchar idiomas, este dibujo animado también ayudaba a desarrollar su imaginación. La televisión por satélite ofrecía la posibilidad de ver los mismos episodios transmitidos en diferentes países.

A veces, la niña hablaba en voz alta con los personajes animados, y luego le resultaba más fácil hablar en un idioma nuevo. Además, también traducía mentalmente lo que oía. Así lograba hacer varias cosas a la vez. Durante las clases, Lía no solo escuchaba al maestro y tomaba apuntes, sino que también hacía bocetos, diseñaba juegos y escribía cuentos.

¡Hay que vivir en el aquí y ahora, pero con planificación del futuro! Ese futuro solía consistir en tareas como pasar los borradores a limpio. Y mientras lo hacía, se formaban nuevas ideas.

"Vale la pena anotar los pensamientos", decía un misterioso cuaderno. "La opinión es la consistencia de la experiencia adquirida." Esta frase se extrajo de una inscripción en una de las postales, y entonces quedó claro por qué a algunas personas les gusta discutir solo por discutir. No tienen una opinión verdadera, pero sí un deseo de ganar. Eso es lo único que los guía.

Al comprender esto, Lía empezó a discutir menos y a dejar de intentar demostrarle cosas a los demás, porque si alguien que, por ejemplo, no tiene la experiencia necesaria, no está dispuesto a ser vencido en una discusión, entonces ese esfuerzo no vale la pena. Es decir: discutir no vale la atención ni el tiempo perdidos, ya que estos pueden dirigirse a algo mucho más útil, como organizar el propio futuro.



8. Planificación

La organización del futuro de Lía comenzó aún en los primeros grados de la escuela.
Ella era una luchadora por la justicia, pero decidió no entrar en discusiones. Imprimiendo la Gioconda en su tamaño completo, la niña pegó la imagen sobre un enorme lienzo y pintó a Mona Lisa casi como un libro para colorear, claro está, a su manera.

Esto fue lo que resultó: la Gioconda escondía tras su mejilla derecha un objeto misterioso, útil para toda la humanidad, y en el sostén —que Lisa simplemente decidió no poner— había una bolsita de té negro, en apoyo a las personas de piel oscura.

La niña pensó en añadir un par de enigmas más. Tomó de la estantería un cuaderno usado tiempo atrás. En él, más o menos en orden alfabético, estaban dispuestos distintos tipos de acertijos para ejercitar la mente. El objetivo del cuaderno era este: “Reunir la mayor cantidad posible de tipos de acertijos lógicos en un solo lugar. Y también los que no sean lógicos.”
Por eso, Lía creaba sus propios enigmas, dejándolos simplemente en hojas sueltas dobladas dentro del cuaderno, sin título alguno… Su historia era bastante curiosa. Primero los acertijos, y luego los títulos. Claramente había cierta no linealidad en eso, ¡pero era más rápido! Aunque en el cuaderno ya lleno faltaban algunos detalles, la recopilación estaba casi completa, y la pintura, por su parte, resultó estar sobrecargada de significado.



9. Complementos

Uno de los acertijos favoritos del cuaderno, en su momento, fue aquel en el que había que nombrar colores.
Pero esta vez, ese acertijo le pareció demasiado sencillo.
El objetivo principal del rompecabezas consistía en no confundir el concepto de color con el significado de la palabra. Había que leer las palabras en voz alta de izquierda a derecha, y luego de derecha a izquierda. El color con el que estaban escritas debía ser completamente ignorado.

A Lía le encantaba hacer complementos a cosas que ya eran inusuales.
En sus instrucciones, ya no se pronunciaban las palabras como tal, sino su contenido cromático. Esta vez de derecha a izquierda, y luego al revés.
Este juego también le pareció muy simple esta vez, así que la niña decidió dejar su cuaderno a los hijos que algún día tendría.
Y si no los tuviera (lo cual debía ser una decisión bien pensada), entonces lo donaría a un jardín de infancia. Mejor aún, a todos los jardines de infancia.



10. Acertijos.

Cada nuevo año escolar, Lía entregaba a los alumnos un cuaderno temático. Alguien de la clase, o uno de sus padres, se lo llevaba a casa por un día aproximadamente y añadía su propio acertijo para la mente. Con el tiempo, el cuaderno se llenó de rarezas. También había errores, pero hacía tiempo que se entendía que corregirlos era tarea de los profesores.

Primero, era mejor mantener buenas relaciones con los compañeros de clase, y segundo, los errores en los acertijos resultaban extraordinariamente interesantes, ya que a menudo (no como solía suceder en la escuela) una misma pregunta podía tener varias respuestas posibles. Si el acertijo tenía un error, las respuestas podían ser aún más. Además, también hacía falta saber encontrar el error.

Uno de los chicos escribió: “¿Qué me sobra en el descapotable si solo lo uso en verano, y en otoño, invierno y primavera es tuyo?” Lía pensó al principio que, en ese caso, lo que sobraba en el descapotable era el techo. Luego, su imaginación comenzó a volar... Recientemente se había hablado de tiburones, y a la niña se le ocurrió que en el descapotable no estaba el chico, sino un tiburón. A una criatura así le resultaría más cómodo, quizás, que el coche no tuviera fondo, pero sí que tuviera un asiento.

Así, la interpretación de la adivinanza puede variar según la personalidad de quien la formule. Al notar la ausencia del signo de interrogación, quedó claro que la frase no era una pregunta, sino una afirmación. Probablemente por error, pero se da a entender que algo sobra en el descapotable. Y tal vez, durante casi un año, algo le pertenece a Lía porque a otra persona le sobra durante tres meses. Pero… también es posible que ese “algo” se use en el descapotable, aunque no siempre por la misma persona, ya que durante nueve meses pasa a otras manos.



11. Casa.

Al principio de aquel extraño bloc de notas encontrado, estaba escrito algo como:
“Anota tus conclusiones cada día, dejando la pereza cada vez más lejos y con mayor frecuencia.”

Para ese tipo de conclusiones, la niña tenía un cuaderno aparte, que se llenó rápidamente. Lo colocó en la estantería, entre los libros de Osho y “El libro dentro del libro sobre Id y Niska”. Más tarde, revisando el cuaderno ya lleno durante su tiempo libre fuera de la escuela, Lía notó que algunas de sus conclusiones le parecían infantiles e incluso graciosas, y algunas las reescribió en el cuaderno misterioso.

En ese mismo cuaderno, también anotaba sus observaciones sobre la superinteligencia que, en parte, controlaba la casa.

La superinteligencia fue instalada a petición de Lía por su abuelo, quien tenía un talento increíble para todo tipo de tecnología y construcción en general. La abuela, autodidacta en pintura, decoraba la casa (que había construido junto con el abuelo) con cuadros pintados por ella misma.

Por cierto, Lía vivía con sus abuelos. Sus padres la trataban mal, así que simplemente se fue… Si algo así se hubiera repetido con los abuelos, también se habría ido. Pero todo iba bastante bien.

Una vez, aquellos “padres” intentaron volver a ganarse su confianza, pero no lo lograron. La niña simplemente los amenazó con contar a sus conocidos (incluyendo a algunos policías) sobre su verdadero comportamiento, no el que aparentaban, si volvían a intentar “hacerse sus amigos”. Después de eso, esos supuestos padres la dejaron en paz.

Entonces Lía escribió varias páginas, primero para desahogar sus sentimientos y liberarse de ellos más rápido, y segundo, para ir corrigiendo poco a poco sus palabras hacia lo deseado. Eso ayudó. La frase inicial:
“No entiendo qué es la calma”
poco a poco se transformó en:
“La calma es la base de mi existencia.”

Lo que durante años había sido totalmente distinto, cambió en menos de una semana.
El universo se expandió. Las opciones disponibles se multiplicaron visiblemente.
Sería raro no aprovechar esas nuevas posibilidades.

En una de las páginas del cuaderno apareció la frase:
“Ser Yo.”



Категория : Лайфхаки и Советы | Просмотров : 34 | 05.05.2025 | Добавил : krivbassity | Рейтинг : 5.0/2