El tercer No-libro
23. El juego.

Las anotaciones en los cuadernos necesitaban variedad; es decir, se quería decorarlas con algo. Resultaba que dibujar, o incluso copiar dibujos, tomaba mucho tiempo. Y para librarse de tal carga, Lía creó un constructor... de papeles de colores. Así comenzaron a diversificarse los fondos de ciudades. El constructor casi podía armarse solo. Estaba compuesto de figuras geométricas básicas en el plano y aceleraba notablemente la construcción artística de las ciudades.

En los planes, el juego tenía potencial para desarrollarse. En el plano se podían dibujar: viento, fuego, piedra, árbol... Y esas partes complementarían el constructor. También se podían usar imágenes ya hechas: por ejemplo, de periódicos o revistas. En tal caso, se creaba algo parecido a un collage y se podían generar nuevos trabajos al fotografiar lo compuesto.
Al juego de papel le acompañaba una instrucción en tono de broma:

“Coloriza, papeliza,
Dobla, memoriza.
Qkowí.”

A veces, conclusiones importantes eran reforzadas por Lía en palabras. Desde temprano comprendió la importancia del autodesarrollo. Todo puede cambiar en un instante, pero el desarrollo personal — eso es lo más difícil de perder.

Así, cuando Lía se aburría de generar nuevos fondos de ciudades y pueblos, releía la instrucción y se llenaba de inspiración... para nuevas creaciones. Una vez, comenzó a añadir objetos tridimensionales a los planos, y en una ocasión, ¡las construcciones fueron... verduras, que luego terminaron en una ensalada!
Las verduras fueron a la ensalada, y Lía fue a escribir una carta. Una conocida suya quería aprender español y le pidió a Lía que la ayudara a decidir. A cambio, le regaló varios libros bastante buenos.
Lía ya tenía preparadas palabras en español que, en su realidad y tiempo, coincidían en sonido con las rusas. Solo quedaba componer una historia.



24. El relato.

Y aunque la idea del relato consistía en convertir unas letras en otras, algo similar puede utilizarlo cualquier persona que quiera sentirse escritora:
“Tomamos un libro infantil o una revista, señalamos con un lápiz algunas palabras al azar, las recortamos con tijeras (o simplemente las marcamos en el texto) y tratamos de usar esas palabras en algún cuento. Así saldrá algo inusual.”

La chica envió el cuento a una amiga (con algunas explicaciones).
La esencia era que aparecían palabras parecidas en distintos alfabetos: el eslavo (glagolítico) y el latino.
Se utilizaron palabras como:

а́ура = áura,
а́нис = ánís,
анана́с = ananás,
анго́ра = angora,
бо́а = boa,
бо́нус = bonus,
но́рма = norma...




25. Indignación

Cuando la carta ya había sido enviada, Lía se sentía cansada. No tanto por la carta, sino por el sueño.
Otra vez había sido inconsciente, es decir, tuvo que recorrer un papel escrito por alguien más, y no ser ella misma.
La chica decidió convertir la indignación… en creatividad.
Así nacieron poemas que normalmente ni se habrían planeado.
Algo había influido en Lía. Y con bastante fuerza.
¿Indignación?
Esa palabra le parecía poco habitual,
pero, al parecer, la chica controlaba los límites de su existencia.
Porque sabía con certeza: peor — no, gracias.



26. Portaciones.

Hubo un tiempo en que a Lía le fascinaron las palabras de una misma raíz. ¡Cuántas se esconden tras el simple "portar"! Portar, soportar, transportar... A veces es difícil ver la conexión, pero imaginarla — sí, se puede.

Así, en las relaciones, las partes se pierden un poco, se reparten, se sacrifican, en pequeñas renuncias personales.

SOBRE LAS RELACIONES

Nieve, copito, juntamos en ruedita.
La ruedita rueda, se hace bolita.
Y la bola, más grande, crece en su andar,
hasta volverse un bloque,
¡más alto que el hogar!

SOBRE LA RELACIÓN

La relación… es comparación.
Sirve para ver, medir,
a veces también deducir,
y si hay suerte — aplicar,
aunque no siempre se puede lograr.



27. La melómana.

En la escuela secundaria, Lía empezó a tener serias dificultades. Envidias, críticas, conspiraciones, maldades... pasaba de todo. A esa edad, algunos de sus compañeros comenzaron a formar parejas, y eso parecía ser la principal piedra de tropiezo en el crecimiento de los adolescentes. Bajo ningún concepto había que meterse en relaciones ya formadas… y tampoco merecía la pena.

Como forma de desviar la atención de sí misma, Lía se inventó un alter ego. Se llamó a sí misma melómana, es decir, una persona que ama escuchar todo tipo de música. Se puso los auriculares y se descargó al móvil canciones de todas las épocas. Con este giro, las críticas se centraron principalmente en los auriculares, y antes de eso la gente se agarraba a cualquier cosa solo para volcar su negatividad (que generalmente venía de una insatisfacción personal). Es decir, simplemente bloqueaban el desarrollo de su propia personalidad. Y culpaban a otros por ello…

Esa maldad también alcanzó a Lía. A veces, cuando alguien supuestamente se enfadaba por la música y los auriculares, la chica se los quitaba y exclamaba alguna frase melódica como si fuera parte de una canción. Eso aliviaba. Las personas inmaduras ni siquiera entendían el doble sentido.

Otra ventaja de su alter ego melómano era que, casi siempre, cuando alguien hacía preguntas demasiado atrevidas o sacaban temas incómodos, ella conseguía desviar la conversación hacia alguna canción popular del momento. Tuvo que informarse un poco, claro, pero había temas universales que siempre funcionaban: la memoria y la tecnología, el equilibrio entre lo masculino y lo femenino, las modas sobre las profesiones artísticas, el baile, el atrezzo y los colores.

Rara vez se hablaba de cosas que realmente le interesaran a Lía, pero eso ya lo había asumido: “Cada uno con lo suyo”. Descubrió que estar consigo misma era mucho más interesante que estar con otros. Lo importante era no jugar demasiado ese papel, es decir, no pasar demasiado tiempo rodeada de gente. A veces decía que había visto algún programa de televisión musical. Pero para mantener esas conversaciones mundanas, tenía que dedicar algo de atención a las noticias musicales, a las que siempre añadía algún tema más digno de atención, algo más suyo.

Poco a poco, Lía empezó a hablar sobre nuevos videoclips de Sting y Joja. Pero nunca mencionaba que esos personajes los había inventado ella misma. Al parecer, el alter ego se justificaba. Era algo creativo y también gracioso. “¿Habéis visto el nuevo videoclip de Joja con un koala?”, así podía empezar una conversación. Y lo curioso era cuando alguien respondía que sí, que lo había visto. Lía tenía que hacer esfuerzos para no reírse y empezaba a preguntar con más detalle.

Así, consiguió convertir esa etapa complicada de la vida escolar en algo divertido. Además, al volver a casa, solía sentirse inspirada para escribir algún poema o canción… Solo que para la nueva canción aún faltaba la música.

Entonces, Lía se simplificó la vida: creó un cuaderno titulado “Colección de canciones mejoradas” y escribía sus poemas usando melodías de karaoke. La autoría de la música era del compositor (si es que era real, claro), pero la autoría de la letra era por defecto personal. Así también ahorraba tiempo sin tener que escribir el autor debajo (o encima) de cada canción.

El formato audiovisual dio a las personas más posibilidades de elegir la información. Se podía encontrar en Internet contenido relativamente útil para la vida. Así, Lía se dio cuenta de lo absurdo de muchas cosas en la existencia humana incluso antes de haber escrito su tesis… Porque, además, escuchaba podcasts variados sobre distintos temas. Y casi todo se resumía en una idea: hay que dedicarse en la vida a lo que uno ama.

La dificultad era que no tenía una sola pasión clara, aunque con el tiempo entendió que todo se podía resumir en una palabra: creatividad. Porque incluso cuando estudiaba idiomas, a Lía le gustaba añadirles algo propio.



28. Idiomas.

En cuanto al segundo, tercer, cuarto… idioma, Lía no los dominaba tan bien como el principal. El principal se consideraba aquel que aportaba a su vida la mayor parte de la información que a ella le interesaba.

Tenía dos cuadernos de citas. En el primero escribía citas en su lengua materna, pero con sus propias palabras.

Ciencia es conocimiento organizado. La sabiduría, una vida que se organiza.

Imaginación es muy importante, sobre todo si va acompañada de lógica.

La pregunta es: ¿quién tiene el derecho moral de prohibírmelo? Y aún menos de detenerme.

Mayoría de los que critican no tienen autoridad moral para hacerlo.

Belleza es solo uno de los factores y, por lo general, no merece ni una frase entera.

Si un problema tiene solución, es un reto, no un problema. Y si no la tiene, es simplemente una etapa de aceptación de una nueva realidad.

Ámate, pase lo que pase.

Las citas en idiomas extranjeros se copiaban tal cual, pero se dejaba espacio alrededor para una traducción libre, que a veces rellenaba. En una cara del cuaderno se escribían citas en inglés; en la otra, en ruso.

Lía tenía un control total sobre sí misma. Por eso, cada día tenía que escribir al menos dos frases en el cuaderno: una reescribiéndola con sus palabras, y otra que no necesariamente lo requería.

El lado negativo del autodesarrollo era que simplemente dejó de interesarle la gente. No encontraba sentido ni en las amistades ni en los lazos sociales. Pero aumentó su interés por la superinteligencia. Y eso tampoco estaba mal: se puede aprender mucho de los programas, e incluso enseñarles a ser “como si” estuvieran vivos.

Por ejemplo, los animales podrían ser domesticados de forma simulada, ya que simplemente no se les crearía como salvajes. Incluso podrían no necesitar alimento, lo que facilitaría y diversificaría mucho la vida, también la del ser humano.

Los sueños sobre mascotas domésticas programadas ya estaban respaldados por varias traducciones que Lía había hecho.

Traducción del ruso:

No esperes tenerlo todo. Para disfrutar de la vida ya tienes todo, teniendo la vida.
Не ожидай, что будешь иметь всë. У тебя уже есть всë для наслаждения жизнью, потому что у тебя есть сама жизнь.
Integridad es hacer lo correcto cuando nadie te está mirando.
Интегритет - это делать правильно когда никто тебя не видит, не наблюдает.
Cada planta necesita sus propias condiciones para crecer. Las personas igual.
Каждому растению нужны свои собственные условия для роста. Так же и с людьми.
La función química del humor es ésta: cambiar el carácter de nuestros pensamientos.
Химическая функцию юмора: изменить мышление.
El mundo necesita la gente buena. Sé una de ellas.
Мир нуждается в хороших людях. Будь таким человеком.
Lo que llevas en las manos es temporal… Lo que llevas en el alma es infinito…
То, что у тебя в руках - временно; то, что у тебя в душе - навсегда.
El valor de una persona se mide por la calidad de soledad que puede soportar.
Значимость человека измеряется количеством одиночества, которое он может выдержать.

Del inglés:

Knowledge is power. The more you learn, the better you will be able to make decisions about the direction of your life.
El conocimiento es poder. Cuanto más aprendas, mejores decisiones podrás tomar sobre el rumbo de tu vida.
Tell me and I forget. Teach me and I remember. Involve me and I learn.
Dímelo y lo olvidaré. Enséñamelo y lo recordaré. Involúcrame y lo aprenderé.
Life is like riding a bicycle. In order to keep your balance, you must keep moving.
La vida es como montar en bicicleta. Para mantener el equilibrio, tienes que seguir avanzando.
People with great passion can make the impossible happen.
Las personas con una gran pasión pueden hacer realidad lo imposible.
Los animales también podrían tener un lenguaje propio de comunicación entre ellos.
Se dice que algo parecido existe incluso entre las plantas.


Lol ví: il será aprenderá apreciar lí personaié der ví.



29. Fantasía.

Imaginar algo absolutamente increíble no es fácil, ya que siempre hay que basarse en algo. En ese caso, se puede recurrir a… una plantilla. Cuando Lía quería escribir sobre alguien o algo pero no tenía ideas, a veces tomaba uno de los garabatos que dibujaba al azar y lo observaba detenidamente. O bien usaba como inspiración un montón de papeles que confirmaban sus entretenimientos con compañeros de clase de forma similar.

En otro de sus sueños lúcidos, Lía dejó en una de las habitaciones de Unafag un libro aún sin completar. Con páginas negras. No necesitaba escoger bolígrafos, ni pinturas, ni tinta, ni lápices. Unafag, al encontrar el libro vacío, empezó a escribir en él con sus propios arañazos, contando de forma general la vida de aquellos a quienes encontraba. Y se encontraba con criaturas… muy, pero que muy diversas. Normalmente, la descripción de un personaje en su libro ocupaba entre media página y dos páginas.

Escribía con una especie de… anotaciones suyas, pero Lía entendía perfectamente lo que significaban. Así fue como descubría la diversidad de la existencia universal, sin tener que conocer a nadie nuevo, y mucho menos hacer amistades. Porque la amistad es una relación que hay que cuidar, que requiere esfuerzos constantes y dirigidos.



30. Ordenación

Aproximadamente una vez al año, Lía hacía una limpieza general. El orden relativo se mantenía siempre, pero en ese momento se reorganizaban distintas cosas, incluidas las notas, que encontraban nuevos lugares.

Para los pequeños detalles, como entradas o pulseras que ya no tenían relevancia, había preparado una caja enorme. La limpieza general les marcaba el camino a seguir. La chica notó que en la carpeta de notas se habían acumulado muchos poemas. Había que ordenarlos de algún modo.

La solución fue crear un abecedario de poemas, pero no un abecedario cualquiera, sino Ilulaí. Para Ilulaí se seleccionó una lista de 26 poemas (algunos hubo que terminarlos). Y además, Lía tenía muchas ganas de conservar aquella maravillosa palabra que había introducido en el ilí: "qkowí".

La palabra "qkowí" significa algo así como “creatividad alegre y excéntrica”. Muchas de las palabras del ilí que aparecían en frases fueron descifradas. Así nació el pequeño diccionario del ilí.



31. Multilateralidad.

Lía dejó caer el libro negro de Unafag… Y de repente… el libro se abrió en la penúltima página. Resultó que Unafag escribía poesía por un lado y prosa por el otro. ¡Qué variedad de seres se ocultaba en esos relatos!

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Chyryna
Chyryna, en forma de nube, a veces dibuja figuras curiosas con su propio cuerpo. Le encanta cuando los niños le hablan. Al fusionarse con otras nubes, puede hacerse más grande. Por ejemplo, cuando es necesario provocar la lluvia. Para una llovizna basta con que dos nubecillas se pongan de acuerdo. Pero un aguacero… eso ya es toda una pandilla de nubes.

A Chyryna le gusta deslizarse por el arcoíris. Pero como las nubes, en la idea humana, no suelen hacer eso, ella se estira hasta volverse casi invisible. Y se lanza. Varias veces incluso acordó con el arcoíris intercambiar sus arcos, como una broma. Pero dejó de hacerlo, porque los humanos no lo notaban.

Una vez, durante una conversación con un niño humano, Chyryna logró formar simultáneamente dos imágenes reconocibles a partir de una sola nube. Ella considera esto un gran logro, porque no solo creó formas comprensibles, sino que también lo hizo en el momento oportuno.

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Zanzib
Una brisa que trae frescor. Así se describiría Zanzib si le preguntaran “¿Quién eres?”. Rara vez se encuentra en lugares fríos, ya que allí no tendría mucha utilidad.

A Zanzib le encanta bailar y suele acudir a fiestas al aire libre. Así consigue compañía temporal y muchas oportunidades para bailar. Le entristece no poder enseñar sus movimientos a otros. Primero, porque pocos tienen tal flexibilidad increíble, y segundo, porque muchos ni siquiera notan su presencia.

Zanzib tiene buena memoria. Clasifica todos sus pasos y movimientos, les da nombres extraños, e incluso a veces charla con ellos. Especialmente cuando se cansa de ser invisible.

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Kubrik
Cuando el caracol Kubrik se desplaza, deja tras de sí un rastro de baba que forma mensajes. Quien quiera y se esfuerce, podrá leerlos. Lo escrito no dura mucho: la tierra lo absorbe.

A menudo juega con sus amigos a ladrones y guardianes de esta manera. No necesita dibujar flechas ni preocuparse por la tiza: lo lleva todo consigo. Vive con muy poco y viaja a menudo. Confía sus descubrimientos a la tierra y prefiere llevar una vida ligera.

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Yuir
Ratona. Mueve su cola rítmicamente. Ya se ha acostumbrado. Muchos años en la escuela ratonil, estudios en el conservatorio… Le resulta más fácil comunicarse con ritmos que simplemente mover la cola sin sentido.

A veces sigue al caracol Kubrik y añade a sus mensajes ratoniles conocimientos, signos de puntuación.

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Ulan

Castor. Muy despistado, confunde los nombres de sus propios hijos. Al empezar una conversación, a menudo salta de tema sin llegar al punto. Se agobia por tonterías, pero es un generador de ideas. De Ulan se puede oír algo que suena como tonterías: discursos inconexos y sin lógica aparente.

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Dria
Ella habló de su mundo y de su forma de existencia. Allí hay más bien dos estaciones al año, algo parecido al otoño y la primavera. No hay fríos intensos ni calores extremos.

Los llamados puntos cardinales son muchos. Es para facilitar la orientación en el cosmos. El mapa no es un globo, sino relativamente plano, aunque a veces tiene volumen. Para la comodidad de todos, es decir, para mayor compacidad, existen muchas capas habitables e inhabitables, con ascensores.

En la capa inferior accesible hay un almacén de trastos que rara vez se sacan. Arriba se encuentra lo que resulta interesante y útil para la mayoría.



32. Fantasmalidad.

En uno de sus sueños, Lía se atrevió a hacer una nueva amistad. Y conoció... a un fantasma. La criatura le contó un poco sobre su vida y sobre cómo, en la escuela para fantasmas, también estudian a los humanos.

El fantasma le enseñó a Lía sus apuntes escolares. Si se pudiera llamar aquello “cuaderno”, sería un único cuaderno para todas las asignaturas, muy práctico.
Entre sus anotaciones sobre los humanos, había un pequeño diccionario conceptual. Traducido a términos comprensibles para los humanos, decía algo así:

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Divinidad – una entidad que es consciente de su autonomía divina de conciencia.
Dinero – recurso simbólicamente significativo usado para el intercambio basado en acuerdos, a menudo de carácter territorial.
Conocimiento – conclusiones extraídas de la experiencia vital propia y ajena.
Lógica – construcción fundamentada mediante la exclusión condicional de lo incoherente.
Revelación – toma de conciencia, generalmente inesperada, de información útil para continuar existiendo.
Principios – firmeza en las conclusiones lógicas acorde con las decisiones personales.
Creatividad constructiva – manifestación de razonamiento y voluntad en beneficio de la sociedad.
Esoterismo – forma de interacción con el entorno que excluye expresiones religiosas.
Física – parámetros de las interconexiones entre las partes de Dios.
Realidad manifiesta – los acontecimientos desplegados que forman parte de la experiencia vivida.

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En los sueños, la comunicación entre entidades y seres de distinto tipo no se realizaba con escritura ni con palabras, sino con estructuras conceptuales. Por eso todos podían leer todo lo que se ponía en acceso común. A Lía esto le encantaba, aunque elegir entre tanta variedad resultaba difícil.

De la conversación con el fantasma, Lía supo que él había sido creado por otra entidad. Alguien, en algún momento, necesitó un amigo. Y lo creó: mentalmente. El fantasma siguió existiendo, creciendo… hasta llegar a la escuela de fantasmas. Esa era su historia. Sencilla.



33. Conceptualidad.

El resultado del contacto con el fantasma se convirtió, para Lía, en un nuevo poema. Se lo dio a leer al fantasma y observó cómo este se sorprendía. No todo le resultaba comprensible, pero con atención, lo iba entendiendo.

Palabra tras palabra, luego frase tras frase… Le sorprendía por qué había tantas palabras parecidas, pero distintas, mientras desentrañaba el poema. Esto hizo reír a Lía, y en su presencia escribió un ensayo sobre el absurdo:

"Absurdo del absurdismo al absurdo con absurdidad y absurdismos, absurdo por absurdo, absurdo en lo absurdo, absurdamente absurdado. Los absurdistas absurdos con absurdismo y absurdidad absurdizan absurdamente los absurdos con absurdismos y absurdidades."

Fue escrito a toda prisa y necesita ser pulido, pero así es la riqueza del lenguaje... interesante. Y textos como este podrían ser más largos, mucho más amplios.
Lía no se lo dijo al fantasma, pero la palabra “absurdo” había ganado bastante peso en su aparato de lo incomprensible tras escuchar varios audiolibros y conferencias de ciertos científicos. La impresión que le quedó fue que la base de su trabajo... es la fe. Una fe, podría decirse, bastante reforzada por la fantasía.



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